Una aproximación a un símbolo estético sublime

Organizado por el Centro Islámico de la República Argentina, el Ministerio de Cultura de la Nación y el Instituto  acional de Cine y Artes Audiovisuales, se estrenará en Buenos Aires en la segunda semana de mayo la película ‘Los constructores de la Alhambra’ (2022), obra de docuficción de la cineasta española Isabel Fernández.

En 1952, 24 arquitectos españoles llegaron a la siguiente conclusión sobre la Alhambra de Granada: «El parentesco de este edificio del siglo XIV y la arquitectura actual más avanzada es, en algunos puntos, asombroso: coinciden en la aceptación del módulo humano; en la manera asimétrica, pero orgánica, de componer las plantas; en la forma de incorporar el jardín y el paisaje al edificio; en el uso económico y estricto sin adiposidades plásticas de los materiales y en tantas cosas más, que sería largo enumerar». La Alhambra, con sus 700 años de edad, conforma un conjunto arquitectónico de gran modernidad.

El Renacimiento empezó mucho antes que el Renacimiento, en una civilización musulmana en el sur de Europa, la civilización Andalusí (siglos VIII-XV). Y su símbolo estético más sublime es la Alhambra. Sus principales palacios, jardines y torres se erigieron durante los sultanatos de Yusuf I (1333-1354) y Muhammad V (1354-1391).

José Miguel Puerta Vílchez, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Granada, doctor en filología árabe, y uno de los asesores principales de la película, nos dice: «La Alhambra contiene la mayor colección de poesía mural árabe clásica conocida, sea en los propios edificios o a través de las fuentes literarias, lo que le confiere una singularidad mayor a este monumento». Esto convierte a la Alhambra con sus epígrafes y caligramas en un libro-jardín.

El filme se inicia con una serie de reflexiones de Ibn al-Jatib (1313-1375) —interpretado por el actor egipcio Amr Waked— que fue historiador, filósofo, médico y gran visir de los sultanes Yusuf I y Muhammad V de Granada. Así, este intelectual granadino nos cuenta una de las concepciones de los constructores de esta fortaleza-palacio-jardín que fue sede de los sultanes nazaríes durante dos siglos: “la belleza basada en el equilibrio, la armonía y el ritmo es sanadora, pero la clave debe estar en lo invisible”. Y lo invisible es el poder y la misericordia de Dios.

Por eso, la Alhambra tiene estampado en sus paredes el monograma en árabe que es una proclamación de la fe monoteísta: «ua la gáliba illalláh» (Y Dios es el único vencedor), reproducido en las cenefas de los alicatados de la estación Independencia de la Línea C del Subterráneo de Buenos Aires, único metropolitano con arte islámico en el mundo.

A la Alhambra, por sus características (formas, huertos, albercas), se la compara con una novia. Ibn al-Jatib, consumado poeta, lo refleja en sus poemas: “La Alhambra es la cabeza de la capital [del reino], baluarte del Islam y refugio del poder, lugar en el que se estrechan las manos y armario del dinero y del tesoro. Después de haber sido terreno desértico y ruina yerma es hoy una novia dulcificada por la lluvia que adorna la colina y corteja a las estrellas”; “Soy novia que de arrayanes llevo mis túnicas, el pabellón es mi corona y el estanque mi espejo”.

La directora Isabel Fernández que estuvo realizando esta película a lo largo de siete años, confiesa: “La Alhambra es probablemente el edificio más restrictivo a la hora de autorizar un rodaje de toda España, y quizá uno de los más restrictivos de Europa. De hecho, esta es la primera vez que se autoriza un rodaje de esta intensidad dentro del recinto, y para conseguirlo tuvimos que cumplir muchas condiciones y diseñar un plan totalmente adaptado a los requisitos de un espacio tan especial. Había que tener en cuenta, primero, que nos íbamos a estar moviendo dentro de un espacio que es una obra de arte, Patrimonio de la Humanidad, que no puede asumir el impacto de un equipo de rodaje de ficción habitual; y, por otra parte, que es el monumento más visitado de España, con 2,7 millones de visitas al año, y un flujo constante de gente que no se podía cortar.”

‘Los constructores de la Alhambra’, estrenada en España a fines de noviembre último, tuvo 15 nominaciones para los Premios Goya 2023.

Recientemente, ha sido exhibida con gran éxito en Arabia Saudí y en países del Norte de África.

En Buenos Aires será estrenada durante la segunda semana de mayo con entrada libre y gratuita en el Cine Gaumont. Para más informes, comunicarse con la secretaría del Centro Islámico de la República Argentina, teléfono 4931-3577 (internos 202 y 204), de lunes a viernes de 09:00 a 17:00 horas.